Por favor que alguien me mienta
y diga que sus huellas ya no están,
que sus pisadas tras de mi el viento por fin las hizo volar
que no es su voz la que escucho en el polvo del suelo,
aunque quede un resto de su ser en mis manos y en mis dedos
Recuerdo cuando estaba ahí temprano,
esperando a que yo me atreviera a tocar sus manos,
también recuerdo sus pávidos escapes,
cuando el reloj marcaba justo las siete de la tarde
Estoy seguro que desde ese mismo momento
mi recuerdo la asediaba de camino hacia su casa
e incluso junto a su gélido querer, pobre astuto querendón
que no sabe de pasión y a quien sin duda envidio con malicia
y de frontón.
Espero que no lea esto porque podría enojarse,
aunque se que si se enoja su fiereza está demás,
porque ya no cambiaré mi postrema decisión
y seguiré usando su nombre con el mío buscando inspiración
Mejor que nadie me diga nada porque ya entendí,
mientras siga haciendo lo que hago,
seguiré escuchando la voz de sus pasos tras de mi,
justo en medio de las D, de las A, de las I, de las S y de las Y.