El tiempo ha dicho su palabra
Ha caminado rápido y marcado espacios,
ha generado crecimiento en el andar del pueblo.
Su gente ha madurado, han crecido los hijos...
los que algún día llegaron de lejos,
los hijos de esas tierras,
ellos, todos ellos han dejado su huella
señalando rumbos, orientando la vida
tendiendo su mano al que quiso aceptarla.
La vida ha seguido...lentamente,
amasándose y liudando entre barro y agua
- germinando, tierra arada,
astilla y encendido leño...
Hijos crecidos, flores y frutos mezclados,
brotes y retoños maduros...
Tierra y semilla de otros nidos
unidas en el mismo empeño
- simbiosis fraterna
que hizo crecer el pueblo uniendo voluntades
- realizando sueños.
Tierra de las mil lluvias y la frutilla blanca,
tierra que jamás será olvidada
por aquellos que jugamos en sus calles,
caminamos sus piedras y amasamos la tierra,
desciframos la vida aprendiendo en su escuela,
caminamos en su plaza a paso lento
e hicimos oración
en sus templos silencios.
Encontramos el amor con saludo fraterno,
un guiñar de ojos y una sonrisa de plata.
Amor simple como la vida del pueblo
donde germinamos sus hijos
y murieron nuestros queridos viejos..
Tierra y lluvia, gente y desafíos,
lucha y triunfo, sacrificios y vuelos...
sangres mezcladas, entendimiento de razas,
tierra amada, cariño y pueblo.