Yo sentí que era...
El rumor alegre del agua entre las rocas,
un clarín que anuncia esperanzas locas.
Un canto de vida, viviendo en los altares
cual pájaro que anida recitando sus cantares.
Ser vibrante desde el crepúsculo hasta la aurora
cual depósito de tus labios en mi boca acogedora.
Lluvia incesante de trémula ternura
y también un .huracán lleno de locura...
Pero... ahora...
Abrumada desperté del sueño que soñaba
sin haber recogido las rosas que buscaba.
Me contemplé sola, aturdida y desamparada;
vi como atravesaba mi carne el filo de la espada,
y el dolor desgarrante penetró tan profundo
que me convirtió en sombra estéril de este mundo
galvanizando las entrañas con desmedida furia,
en esta sed de venganza con candente lujuria