Casimir en pétalo de calle
zapato lustrado en adoquín pisante
desatento en parquímetros
permitía que una mano raye
su nuevo Cadillac con bronca desafiante.
Al percatarse del detalle
la rabia le dibujó el semblante
utilizando un escalímetro
cubríase el ojo antes que estalle
el lagrimal en magnitud gigante.