Me mira. Me escoge. Me toca
y con su mirada
me coge desnudo...
¡Ah, soy de sus manos!
Baja su mirada salvaje,
sube un dedo a mis labios.
Me lo mete en la boca,
¡me excita, me vive, me goza!
Traza mis labios a los suyos...
lame salvajemente el Sur de mis músculos,
mi cálido pecho, mi abdomen,
¡Ah, un bombón de mango es mi miembro!
Frota la cáscara de mi feroz sexo.
Despacio. Con cariño. Con fuerza. Con tiempo.
¡Lo coge entero con sus sabios dedos!
¡Ah, me enrosca, me aprieta, me chupa, me goza!
¡Me exprime, me exige, me explota!
«Así, ahí ¡mi Diosa!»
¡Ah, chupa rico, grande y salvaje!
¡Ah, sus labios,
sus dedos
y su lengua
son divinidades!
¡Ah, no aguanto más!
¡Sofóqueme con su boca!
¡Ah, trague toda mi Aurora!
¡ASÍ, MÁS!