la muerte vaga por las calles
acariciando reflejos
que se posan sobre la corteza del alamo
que en sus ramas aloja la caricia voluminoza
que el espejo jamas le devolvió.
Como un rayo al amanecer
descubro sobre estos mantras
miradas perdidas en la nada aparente
aquellos seres que agobian su mirada en los vacíos
estan viendo a la muerte saludando a sus sepulcros
estan viendo al recrudecimiento espiritual
rogando por el tan preciado ascenso.
Estan rogando un cielo
para despertarse entre las nubes
en donde las girnaldas acarician la miel,
donde las Sirenas anfibias besan al amanecer
esperan pues
la dulce brisa eterna
la caducidad de la agonía naciente
el puente que los lleve a otro destino.
Buscan agua para saciad la sed
buscan alas para abrigar la incorporalidad con su calida luz
buscan la nave.
Cuando en su otredad
perciben los reflejos de si
cuando en el valle soplen las estrellas
cuando el color no necesite la luz
para mostrarse
allí querida percepción,
allí se hallaran
junto a los suspiros de los animados espectros de coral.
Allí sucumben con toda su ansiedad
volved a vibrar
volved a brillar
volved
Alma de Diamante