El viento abate fuerte en la terraza:
chirrían en las nubes los alcones
de cierto que un ciclón nos amenaza
con voz rugiente…como de leones.
Le pondré a mi rancho una coraza
de chatarras, neumáticos, cajones…
y aunque el río parezca una sanguaza
al refugio no iré…ni a barracones.
Iré a estudiar la forma más perfecta
de esgrimir el ciclón en mi bohío,
de los libros se saca el peto fuerte.
Y luego trazaré la raya recta
que me saque con vida en cualquier lío
y ya nadie podrá trochar mi suerte.