Mi abuela era tan fuñía
que si buscaba la leña
la traía bien prendía
ardiendo vuelta candela.
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Es tan fregá mi vecina
que cuando sale pal’ barrio
el fogón de su cocina
cuece los duros garbanzos.
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Mi tía es tan elegante,
Ná’guará de pretenciosa
que luce sombrero y guantes
con alpargatas de lona.
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Mi prima es guapa, no juegue,
quien lo iba a adivinar
con el novio diecinueve
fue que se vino a casar.
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Al hijo de Etanislao
lo llevaron a la guerra
y resultó buen soldao
porque le teme a las siestas.
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¿Qué dirá tía Carmela
cuando del sueño despierte
al ver que le faltan muelas,
su lengua y algunos dientes?
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El hijo del compay Rafa
sacó su herencia completa
bebe, bebe, y no se rasca
y hasta raspa las olletas.
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El manganzón de mi primo
se hace el muerto cada tarde,
para acabarles el vino
a mis queridos compadres.
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Alquilé un casco de guerra
pa\' visitar a mi novia
pendiente de que mi suegra
la cabeza no me rompa.
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De unas caraotas negras
ese antojo ya no aguanto,
traélas si es que te acuerdas
con ramitas de cilantro.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela