El péndulo en oscilante agitar esperando
el tiempo que perdura en la distancia,
las manecillas en su eterno pasar
descansan a cada segundo y minuto
sobre los números marcando las
horas y minutos de una vejez lenta,
se expanden sus campanadas en un
tañido sonoro que rompe el eco del silencio
doce horas que dividen el tiempo donde la
noche llega y desvirtúa la desnudez del día,
el vuelo del ave viajera se pierde en el infinito,
la memoria se pierde en la noche bajo
el noctámbulo sueño que la opaca,
cuelgan los espíritus sobre su péndulo
danzan en sombras ofrendadas por la noche
se nace o se muere en el vientre del tiempo,
huellas que se ahogan en las infinitas horas.
ROMO --- 2016 --- COLOMBIA