Marah

La burocracia en Cuba

El Poder Popular atiende el martes,

y me canso de ir todos los días

sin recibir al menos una frase

del claustro que trabaja en oficinas.

 

Mi cara tiene penas infinitas,

por eso me responde muy afable

el buró que rodean veinte sillas:

Para tu piso ¡ay! no existe parche.

 

Y me pregunto: ¿Qué podría hacer

para escuchar la voz de las personas

que llevan los papeles en las manos?

 

¡Si cambiara la forma de la ley

y el sistema social totalitario

será viable realizar la obra!