Indómita y rebelde
cual yegua desbocada, sin cabestro,
con furia de demente
mostrando que lo nuestro
a veces, sobrepasa lo siniestro.
Madre naturaleza
que albergas sentimiento en tus entrañas
de amor y de pureza
¿Por qué? ¿Por qué te ensañas
desatando tu fuerza y tanta rabia?
Queremos dominarte,
vencerte, pero tú, de vez en cuando
por necios e ignorantes,
nos muestras sin reparo
que sólo somos, hijos de tu barro.