Camino por el relieve del inframundo,
Escuchando los antiguos mundos,
De aquellas civilizaciones olvidadas,
Disfrutando de tan cordiales melodías.
Lento disfruto del bello paisaje,
Pensando en que me falto pagar el peaje,
Pero no importa el viento es cálido,
El camino es de lo más cómodo.
Se ve de cerca la maleza ya extinta,
Un mundo olvidado de otros mundos,
Animales extraños me vigilan,
En esta deliciosa travesía.
Voy solo, no sé cómo, pero voy,
Por el angosto y sigiloso universo,
Desde hace años soñaba este sendero,
Lleno de ambiente soñoliento y cósmico.
Los extraños colores que me rodean,
Me hacen pensar en mi inferioridad,
En lo poco que soy en verdad,
Tanto olvido hay en esta soledad.
Me encuentro varado en algo siniestro,
Me da miedo conocerlo por dentro,
Pero tengo que seguir en este trayecto,
Gigantesco es por dentro, ahora me arrepiento,
De juzgar este impactante sueño.
Vuelan gárgolas en el lugar,
Algún dragón se come un jaguar.
Yo no sé qué carajo pensar,
¿Estoy muerto? O ¿perdido en algún lugar?
Da vueltas mi sesera,
Nunca imagine conocer
El olvido de mis generaciones pasadas,
Montar a Pegaso y hablar con un sabio.
Un grupo de mojes calvos me examina,
Yo asombrado veo que vuelan,
Me saludan perplejos de ver a un mortal,
En su hermoso mundo postergado.
Anonadado me quedo, pues estoy volando,
A una luz del cielo imaginario,
Es cegadora y magnifica al mismo instante,
No quiero que este momento se acabe,
Volare siempre empapado de esta luz brillante.