Te quiero, a ti que entre tus manos mí piel a florecido. A ti que ha diario riegas la flor de mi cariño. A ti, por ser tan parte de mi. Te quiero inapropiadamente y con inpuntualidad. Te quiero cuando toca dormir, o hacer cosas serias, e incluso a la hora de tomar café. Te quiero con urgencia cuando estás ocupada, y con desesperación cuando si te vas. Te quiero cómo punto de partida a cualquier lugar del mapa, y como punto de llegada a todos mis sueños. Te quise sin saber que existias, y sin poder escribir tu nombre. Y ahora que te sé, te quiero, te quiero más. Te quiero inprudentemente. Aunque no corresponda o digan que no se puede. Y esto es lo que único que de verdad importa. Que yo a ti te quiero.
Y punto final.