Buscando aquello que me faltaba,
encontré un cielo estrellado a la media noche,
Una luna que sonreía mientras caminaba
Y luceros que me saludaban con pequeños toques.
Buscándote entre la multitud de almas,
Hallé sueños estropeadas por las lágrimas,
Metas esfumadas por el dolor,
Y corazones que habían perdido su color.
Viajando entre cientos de lugares,
Perdí mi rumbo, perdí mi camino,
Visitando millones de ciudades,
Te encontré sin saberlo, estando confundido.
Entendí que el amor no se escoge,
Que nuestras manos encajaban desde que nacimos,
Que se conocían nuestros corazones,
Ya que nos buscábamos sin estar perdidos.