¡Ahora comprendo!
Cómo fue que la vida se siente marchita; doy vueltas sobre lo mismos y mismo, el esplendor es un paño oscuro, hambriento y desierto tan desolado que cómo pesa.
No cabe duda que el buen ser puede ser contradictorio.
Algunos seres se tornan egoístas y no los comprendo; porque yo no lo pude ser, más sin embargo confíe.
Y ahora pienso.
-La perversidad de un demonio no esta en su apariencia, su perversidad es la facilidad con que los demás lo siguen a su propio infierno.-
Marc Téllez González.