Estaba pensando en ti
y tú sabes,
no podía sacarte de mi cabeza.
Tú estabas allí,
viva, sonriente,
sentada a mi lado
y yo observándote.
Girabas como remolino
en mi nebulosa
te veía aquí, te veía allá.
Tú serás; por siempre,
el ser más hermoso del planeta,
mi amada, perdida y alborotada.
Su sonrisa, luz perfecta,
envidia sentía
la Luna menguante
con tanta belleza
que emana de su rostro.
Su cuerpo,
la más libre gacela
camina flotando sobre sus pies,
a cada paso suyo
un renacimiento.
Figura perfecta,
deseada, niña madura.
Inocente y dulce,
niña viva.
Sabe y conoce,
entiende lo bueno,
borra lo malo,
ella decide.
Ella,
coqueta y gentil, alegre.
Que dulzura verla
bailar con el viento.