Si el libro que llevamos en el alma
De caricias es impreso cada día,
Es motivo de dichas y alegrías
Es un cielo de paz, la mar en calma.
La mirada divina de tus ojos
Viene presta solícita de un beso,
Va la mía entregada hacia los tuyos
Sumisa, esclavizada, lo confieso.
Si seduce tu oído mi palabra
Y tu rostro aproxima a mi distancia,
Beberé de tus labios la fragancia
Que me atrapa, dá vida y descalabra.
De tu mano el camino recorrido
Fácil es el obstáculo sorteado,
Facilmente la fiera es domeñada
Cuando el campo de rosas has sembrado.
Escribe corazón de puño y letra
Si feliz has transitado al lado mío,
Si así fuere como noto has dado muestra,
Hasta el punto final caminemos sin desvío.