Desvencijada cabaña
armada de lodo y caña
por no caerse luchando,
resguarda del frío al niño
que su madre con cariño
sus males está cuidando.
El padre desesperado,
en lágrimas ahogado,
transcurrir el tiempo ve
oteando hacia el camino
en espera del vecino
que por el médico fue.
Extraviado en el dolor
el mismo se da valor
rezando las oraciones
que su madre le enseñó
y que siempre practicó
para ciertas ocasiones.
Por fin el médico llega,
su inteligencia despliega
y el diagnóstico muy fuerte
por una infección viral,
la meningitis es tal
que significa la muerte.
Ordena recogimiento
y mucho medicamento
que el mismo galeno da,
prometiendo que regresa
para ver como progresa,
¡que la ciencia ganará!
Dos semanas han pasado
y el niño está al fin curado;
la cabaña está de pie,
no más llantos ni dolor
todo gracias al doctor
y a la inquebrantable fe.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN. MÉXICO, Agosto 27/16