Hacerse respetar,
no es levantar mas la voz,
ni decir que cosas he realizado o no.
Hacerse respetar es dominar lo temas,
no es imponer,
es convencer con evidencias y ejemplos,
es tener la franqueza de decir que me equivoque,
es hacer lo imposible para remediar,
es conocer, escuchar y hacer.
Es ser la voz criteriosa y objetiva
del débil, del tímido, del anciano,
de la mujer, del cristiano y del ateo,
del amigo y del enemigo
y es ser el modelo bajo la mirada de los niños.
Hacerse respetar
es demostrar con hechos,
acciones valoradas por su trascendencia.
\"Quiero ser, siempre respetada ¿y tú que quieres?\".