Soy el desahogo
de las almas que sufren
porque les sirvo
de aliento a su dolor
y muchas veces, hago
disipar sus penas
y llego sin tenerme
que llamar.
Soy bálsamo
para las heridas,
que hacen sangrar
el corazón
y aunque se que
no puedo curarlo
se que mi presencia,
lo puede hacer calmar.
Porque soy el desahogo,
de las tristezas del alma
y se que puedo darles,
un poco de paz.
¡Soy el Llanto!