Escucha mi lamento primavera:
fue efímera la rosa que me diste
llevándose consigo mi espinela,
el ritmo de los tiempos tan felices.
¿Será posible el lirio o la verbena
de un liquen que devuelva lo sublime?
¡Tú puedes con tu son quitar la endecha
que abáteme con filo de arrecife!
¡No dejes que en mi hogar salga la ortiga
ni el cardo que disloca el buen sentido
del coche que conduzco cada día!
Tú puedes de las hiedras y los riscos:
hacer nueva maqueta de la vida,
por donde sean sanos los camino!
Rima asonante