Cincuenta años de dolor y sufrimiento
desterrados de sus fincas y parcelas,
a las grandes ciudades van llegando
formando esos cinturones de miseria
sin que nadie de su suerte se conduela.
Vagando como parias por la guerra
que dejaron sus familia destrozadas,
se preguntan el porqué los escogieron
secuestrando a sus hijos y a sus padres
por cerebros graduados en escuelas
que pagaban derrochando su riqueza.
Impusieron sus ideas por la fuerza
y acabaron de los campos la belleza,
los ríos se tiñeron con la sangre
de miles de seres que quedaron
en medio de un conflicto fraticida
que acabo por completo con sus vidas.
Se murieron de viejos los causantes
de esta lucha sanguinaria y selectiva,
dejando un país hecho jirones
gobernado por políticos mediocres
que quieren con engaños y mentiras
entregar lo que queda a la guerrilla.
¡No dejaron las armas! Solo esperan
que el estado debilite sus defensas,
se hacen más fuertes cada dia
migrando entre grupos que controlan
y siguen atacando con sevicia,
¡ y volver a la Habana a ser noticia