Planté una semillita para darme vida,
como quien tiene un hijo en su vejez,
y fuiste creciendo, te hiciste grande,
y ante tu belleza...me admiré.
Con pasos cansados llego a tu lado,
consuelas dolores, alejas mis penas,
eres mi compañero, joven y gentil,
y mi vida entera empieza a revivir.
Me siento a tu lado, te abrazo en silencio,
apoyo mi cara en tu rugoso cuerpo.
Siento la savia corriendo por tu tronco,
me diste la energía que me estaba faltando.
Árbol débil y fuerte, bamboleando con el viento,
tus ramas suben al cielo cubiertas de flores blancas,
fascinada me quedo contemplando tu belleza,
la primavera te viste de forma primorosa.
Tu me brindas frutos sabrosos,
me das tu savia, pues natura es grande,
y sabe que todo puede curarse,
con solo abrazarse a un noble árbol...
y poder hablarle... en absoluto silencio.
Pasaste a ser el compañero ideal,
que todos debemos tener en la soledad,
los años se pasan, pero vas a quedar,
como recuerdo...cuando no me levante mas.