Luchar hasta que la sangre se derrame toda
por alcantarilla que da al río del fracaso.
Asegurar que antes de claudicar hemos exprimido
hasta la última gota, que el acaso no campe
a sus anchas, que no se chancee nunca del quizá
de la esperanza, que cada pregunta que surja
del alba no se quede sin su respuesta.
El amor es la causa de nuestro por qué en el mundo
que nos ha tocado sufrir, el único concepto que nos
redime de la penosa piedra de Sísifo, que nos compensa
de la ira de los dioses por robar la llama divina.
Amigo, no dejes de luchar por el amor
porque será el único y último verso que
nos encuentren en el bolsillo cuando nuestro
cuerpo sea pasto de los gusanos.