QUE LE SIGUE A ESTE CANTAR.
Corazón... ten paciencia, deja de latir tan aprisa;
que en mi alma sosegado traigo intenso y de este amor,
un sentir que entre la brisa colma inmenso y compensado
el fluir que apasionado brilla por su resplandor.
Pues es que nació acompañado, sutil y acompasado,
sin nada que lo detiene... tras soportado su arrojo
por el inmenso amor que retiene.
Corazón... de latido soberano, muy capaz de enardecer,
lo que traído de tu mano desune penas marchitas
y aferra la fuerte cadena que nadie es capaz de romper.
¡Ay mi corazón!... cuán fortuna la del día que a bien tuviste decirme,
esta verdad que acongoja, de lealtad y amistad cuales hojas,
y bien inspiran las ganas de transitar en tu grandeza...
Pues nace así la filigrana que pendiente en hilo fino,
se forjó por el destino de tan bella circunstancia
y que tanto en mi caló...
De blanco mi alma llora; sin lágrimas secas ni hastíos,
sin sollozos húmedos ni fríos, más solo ganó lo vivido
por saberlo concebido, y compensando a mi llanto
que efímero se evaporó; surgió el humo de aquella hoguera
que sin menor miramiento el viento lo disipó.
Y así fué... así es; que de entre un nombre con Laureles
y un lindo cuerpo de mujer, lloró el corazón su alegría
por ver que rota y vacía diluía su menester;
solo porque hoy yo sienta, y exultante celebre su día
tras que cumpla muchos mas, ¡lo que aumenta mi alegría!... pues
LE SIGUE A ESTE CANTAR.
SSM. 29-08-2016.