Sabiendo que nos perdimos
en el canal de la vida,
ahora, casi destruida;
recuerdo cuando bebimos
nuestro aliento que sentimos
era parte del ritual,
que por sencillo y frugal
nos llenaba de ilusiones
cubriendo dos corazones
ignorantes del final.
Lo malo se vino dando
al carecer de virtud,
en suma nuestra actitud
poco a poco fue acabando
nuestro interés, socabando
el fino hilo que sostiene
algo que solo detiene,
la costumbre de estar juntos
pues al parecer difuntos,
nada existe que lo frene.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN. MÉXICO Agosto 28/16