Existen rosas de distintas formas:
algunas son matiz del universo;
otras son como el auroral más terso
que abraza su fulgor al que transformas.
Existen rosas que jamás tú viste;
son como el pan en boca de una rosa;
existen ellas, y son muy hermosas,
y existen otras demasiado tristes.
Existen rosas sólo por quererte;
también existe la que está dormida,
existen rosas que nos dan la vida,
existen rosas que nos dan la muerte.
Existen rosas próximas a un río,
son rosas que nos hacen bien; es cierto...
Pero hay algunas secas del desierto
que mueren por la falta del rocío.
Existen rosas en rosal salvaje;
unas son como bestias tan carnívoras
y su veneno es como muchas víboras,
otras rosas son como un gran celaje.
Pero hay algunas rosas tan distintas;
yo me conozco sólo una de ellas;
es como una finísima doncella
que por su andar y garbo van las fintas.
Hay una rosa hecha con amor
que yo me sé, ¿qué, acaso tú lo sabes?
hay en su boca pétalos tan suaves
y de sus labios loa un fiel fragor.
Yo conozco una rosa que es el día,
y otra que suele parecer la noche:
Hay rosas tenues entre sus reproches,
y hay otras rosas para ti, Sofía.
Hay una aurora que nació de rosa
y que traspasa el fondo de mi ser...
Una rosa con labios de mujer;
Hay rosas, pero tú, la más hermosa.
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David John Morales Arriola