No sé si tengo vida o si estoy muerta,
no llega a mi aposento luz del sol,
me aflige a cada instante el verderol
un trino que me trae la mala oferta:
Se mete por debajo de la puerta
no es bueno su libérrimo guiñol,
me deja un lirio sobre el facistol
y un huevo de los grifos en mi espuerta.
No siento el cosquilleo de la risa,
tan solo como un árbitro lo miro,
en tanto me susurra fuerte brisa
Presiento que se acerca mi retiro
por no tener diamante ni zafiro,
pero, ¿partir?...mi alma está indecisa.
Grifo: mit clásica (mitad ave, mitad felino) fue representado en tumbas y llegó a convertirse en el protector de los muertos. Para algunos muy malo, para otros muy bueno.