La Cruz roja y la fundación de panderetas de España.
El siguiente canto es un poema periodístico basado en la siguiente noticia: Reunión del Ayuntamiento de Vall d´Uixó con la cruz roja.
Para todos aquellos que van contra su voluntad a la cruz roja, víctimas de la violencia del sistema político que les excluye y les quita la dignidad, yo ofrezco un empleo real ya, y una solución: la asociación de parias en cooperativas fuera de la violencia política ejercida sobre nosotros que nos posterga a casta. La casta somos nosotros: los parias, y para sobrevivir debemos unirnos formando cooperativas- Escucharme hermanos de la fundación, pues yo soy ahora el que toca la pandereta. El que quiera hablar en la próxima asamblea, que la toque para que le escuchemos el resto de la comunidad.
I.
Salen los tordos de la higueras
al escuchar sonar la pandereta.
Arrastrando colas revueltos rostros
donde asoma una sombra de espanto
que planea pidiendo silencio.
Sombras retorcidas
rechinan ayuda
entre el sol y el cemento
desfilando con pasos de estatuas,
que enternece su fisonomía de ángeles.
Para que baje el pan del nuevo día,
de un cielo enrejado
Que abre sus puertas ante la suplica:
“Dánoslo hoy, dánoslo hoy
que por eso hemos venido hermano”
La pandereta está ahora en tu tejado.
Ay, sus voces,
suenan prisioneras dentro de una caracola
bajo piedras cubiertas por agua.
Quisiéramos llevarlas a nuestro oído,
y liberarlas de su miseria.
Por eso veréis en esta orilla
a los yacen juntos sin perder la sonrisa.
Elevarse sobre ellos en el tejado como una ola ,
el corazón agigantado de una socorrista de la cruz roja
que golpea la pandereta huyendo de su cuerpo
para ir como un fantasma con el prójimo necesitado.
Dejando un poso de violencia en el espíritu de los menesterosos.
Angelillo de Uixó. Paz y bien.