¡¡Te soñaría en mil viajes
cada noche con mis sueños
he recorrido cien mares
para conseguir tus retos!!,
buscando tu alma perdida,
que se encuentra tan adentro
de tu corazón salvaje
inconsciente como el tiempo.
¿No ves la mañana llegar
con los rayos de la Aurora?,
esperando al Sol que asome
para decirte a deshora,
¡¡lo mucho que estoy queriendo!!,
y por eso mi alma llora,
hasta poder abrazarte
para decir que te adora.
Te llevaré por el viento
en mis brazos como cuna
meciéndote en el cielo
y a las estrellas una a una,
contarles que tus cabellos
son los rayos de la luna,
«que Selene se olvidara
en una noche de bruma».
Mirando a través del valle
a lo largo del arroyo,
siguiendo el correr del agua
«que si trota como un potro»
veo como aquel junco firme,
que vigila el alboroto,
¡¡señalando a la ribera
que es el color de tus ojos!!.
Ahora mirando ese trigal
viendo esa espiga temprana,
con ése verdor inicial
que resalta en la mañana.
Hoy mi corazón alegre,
celebrando la alborada,
poder tenerte a mi vera
como una rosa bañada
por el rocío en la rosa
caído en la madrugada.
Roberto J. Martín González