América no es una tierra joven: ya era vieja y sucia
y perversa antes de los indios. El mal está en ella, esperando.
Santiago, el mal es el origen. de la ciudad
Cuando de a dos en dos, invocados
Habitaron la hectárea consagrada
Solo a si, reservada. Satanismo cultural
El mal, se unió para fundar
Una nueva capital, Santiago he ahí mal
Va más allá de los reos y carcelarios
Verdugos sobre recios caballos, Más allá
De la pica ciega y las atravesadas
Lanzas que profanaron, endémicos
Cadáveres, descubrir la indígena ciudad
Fue cosa fácil para el mal, en la estructura
Solidificar, sus leyes de justicia, ausentes
Ahora la luz, que es la modernidad
Ahora, la sobrecarga y la velocidad
Ahora, las callejuelas sobran y las piedras
Olvidaron, sus nombres milenarios, tus apellidos
Borrados, ahora que tierra pide sangre
Constantemente, se desata la violencia
Y bebemos para rememorar
El idilio que no conocimos jamás
Y nos matamos mutuamente
Con las palabras o las manos ambas
Con el corte certero de las agudas
Esdrújulas o las tildes de hierro
La perra, la madre, los huevos
Hinchados de mentir, robar, trabajar para cobrar
Los bajos sueldos, todos somos mercenarios aquí
Y no hay mucho que hacer ya con nuestros nosotros
Ahora, el contagio se lleva en la sangre, como una carga
Viscosa, que al contacto se propaga, íntimamente
Hay quienes confían en el derrumbe, la solución
Y la última expiación, yo soy uno de ellos: ahora.