Alejandrinos.
Matices de crepúsculo tu sombra, amada, tiene,
veloz yo voy tras ella y no podré atraparla;
el sol está celoso con lanzas me detiene,
la envuelve en oro puro y se harta hasta ocultarla.
Podré decir, entonces con ánimos sinceros:
marchamos a menudo siguiendo un espejismo;
dorados rayos pueden llegar a ser luceros,
que hieran nuestra luz vistiéndola de abismo.
Te vas, no dejas huella la noche es buen refugio,
esconde tu silueta en sombra taciturna;
las formas claras busco evito el subterfugio,
confieso con orgullo que soy criatura diurna.
La tarde languidece figura de escarlata
te alejas serpenteando allá tras la montaña;
la luna te acaricia sus manos son de plata,
bruñir podrá tu imagen lo hará con mucha maña.
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condoradino