El choque de los amoríos,
dio al inicio del recuento marcado,
forjado de navíos
que el marinero soldó,
entre arrumacos que una vez olvido.
No, no hay día más triste
como cuando llega con el silencio
si, alegría le diste,
pero también le dolió,
cuanto pudo con el corazón te dio.
vivió entre los dos cielos
para contar su historia, todo fue azul,
menos en sus desvelos,
sometido en el curul,
entre el calabozo vio su baúl.
Y que dirá la caña,
sin carnada es inerte del poder,
pues no olvida la maña,
quiere un amanecer
lleno de peces y un atardecer.