Todavía recuerdo cuando cruzaste mi sendero y como extendí
Mis manos con deseo de alcanzarte, Y aunque te grite “te quiero”
fueron tan ligeros tus pasos que no escuchaste.
Quizás en la esperanza sombría pudiste sentir mis manos
Recorrer los senderos de tu cuerpo, y mis boca besar las curvas
De tus labios chocando a veces con pasión los bordes blancos
Que protegen el néctar tibio de tu lengua,
Apenas puedo recordar
Como temblaste entre mis brazos, eclipsando
Tu mirada seductora, Cada vez que con un beso
Tratabas de entregarme el alma en el aliento.
Recuerdo la firmeza de tu cuerpo Joven, que trato de seducir y
apagar la sed desmedida del desierto.
si te escuche gritar de emoción y con jadeos,
vi el sudor que emanaba de tu cuerpo,
cuando el calor del desierto que se quedó en tu piel
y la sed de la arena que se plasmó en tus ojos.