Un señor llamado Erasmo
y su esposa Enriqueta
tenían un asno
y una carreta.
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El animalito en cuestión
trabaja y trabaja
usando de combustión
sólo agua y paja.
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La señora Enriqueta
paseaba todo el día
llevando cien maletas
que ella tenía.
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Llevaba prendas
y utensilios de cocina
además de dos piedras
de moler cuchillas.
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Llevaba un escaparate
y una lavadora
dos sillas y un catre
y una mecedora.
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Pero un día el asno
en una rabieta
abandonó el trabajo
para irse de fiesta.
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Entonces Enriqueta
se puso furiosa
y haciendo morisquetas
se fue a su choza.
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El señor Erasmo
en forma discreta
convenció al asno
y a su esposa Enriqueta.
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Al asno a que volviera
a cargar la carreta
y que paciencia tuviera
con su esposa Enriqueta.
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Y a su querida esposa
que fuera considerada
y que no dejara la choza
tan desocupada.
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Y así el señor Erasmo
y su esposa Enriqueta
siguieron su trabajo
con el asno a cuestas.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela