argantonio

TrĂ¡nsito

Era un hombre que

había sobrevivido a

muchas soledades sin envejecer

sin contar los días

no había advertido el tiempo

tampoco en los demás,

al encontrar sonrisas virginales

o descubrir inocentes juegos olvidados

sin embargo, aquel invierno repentino

que pobló sus cabellos le recordó

su caducidad, algo normal e inevitable

pero detuvo el paisaje un instante

y vió que los árboles ahuecádos y rugosos

servían de refugio a las palomas.

Era un hombre sorprendido por la nieve

y la ceniza, paseando por alamedas lejanas

y acogedoras donde se mezclan las voces

y el viento.