Se deshacía su respiración
junto a indecorosos
pétalos insomnes,
la escarcha besaba
apenas se escondía...
entre el labio lacerado
en su congoja,
mas...
aunque soñaba
con su pálida mirada,
la nieve de su ojos
a veces deslucía...
herida... y breve,
en el convólvulo curvilíneo
de su alma...
Abril...
apenas desnudado,
silente y frágil...
imbuido de anárquico
embeleso,
se hería...
muy lentamente
de lánguidos azules,
en el espejo curvilíneo
de su espalda.