Había un edificio, alto y blanco.
Las olas golpeaban esas rocas
Que había bajo de sus zapatillas.
Y una luz verde adornaba en lo alto.
Bajo las olas se olvidaba un cofre,
Un tanto sucio y roto, ya, tal vez.
Hoy es el escondite de un raro pez
Que no sabe lo que, dentro, esconde.
Antaño se guardaba un corazón.
Tal vez amado, tal vez olvidado.
Tal vez cuidado, tal vez destrozado.
Pisoteado, golpeado y odiado.
Maltratado, a veces, también puede.
Pero siempre se ha reincorporado.
JSE - 31/08/16