Y si con tres cervezas y un cigarrillo en mano lograra olvidar todo, o tal vez que mi corazón volviera a latir un poco, tan solo un poco de como lo hacía antes. Creo que me conformaría. Hoy pienso que no tengo corazón y es verdad no vale ni pensarlo, no tengo corazón y punto. Me lo robaron desde hace tiempo, me lo arrancaron del pecho, de la manera más cruel que pudiera existir, lentamente y a golpes, y puñaladas. Hay momentos en que doy las gracias por ser tan cruel y fría, me preocupo solo por respirar y sentirme en paz en mi estúpida y absurda soledad. Y en ocasiones mi llanto grita por volver a sentir aquello que una vez me hacía feliz. Pero no, ahora ya nada ha sido igual desde que mi corazón se quedó en medio del camino de mi insignificante vida. La pisotearon y la humillaron montones de veces y yo no hice nada por defenderme, solo deje que todo lo que yo era se lo llevara el viento, no sé a dónde, pero no quedo ningún rastro. Ya nada me la ha regresado, ni siquiera el gran amor que siento por él.