Yo quisiera que tú fueses la mujer
que me acompañe en mis caminos
y me desvíe de otros,
quisiera que tú fueses la gota de rocío
que me acaricia la cara
y me despierta,
quisiera que tú fueses
el humo del café por la mañana
y su calor como abrazo,
que tú fueses el astro al que cada noche
le pido que te cuide,
que tú fueses menos mi utopía
y más mi realidad,
el viento que me susurra al oído
palabras de consuelo,
que fueses tú conmigo y con nadie,
pero más conmigo.