Ríos de odio y miseria
desembocan
en mares de muerte
llenos de muertos
y esperanza.
Ríos de codicia y mentira
bajan indefectiblemente
a océanos de podredumbre
repletos de oro, plata
y dólares.
Ríos de egoísmo y falsedad
embocan su caudal
en embalses de porquería
colmados de hambre, dolor
y misericordia.