El dulce deleite de tu cuerpo
Aun queda impregnado en mi piel
Y la caricia que me regalaste
Se alojo cómodamente en mi ser.
Tus gemidos impetuosos
Desconcertaban mis incognitos secretos
Y tu mirada que se perdía en el espacio
Hacía que nuestros cuerpos se fundieran en el tiempo.
Estábamos tú y yo en una escena
De la historia que nuestras almas comenzaron
Estábamos tú y yo entregados a la pasión
Como locos que se aman en la libertad del amor.
Nos unimos en juventud y experiencia
Nuestras conciencias amalgamadas han de estar
Hicimos el amor hasta el cansancio
Y aun tengo ansiedad de volverte a amar.