Sobre el tejado andando
sigilosamente el gato
daltónico, acechaba a su presa;
su cuerpo sigue al instinto,
sus ojos fijos.
Cauteloso se aproxima
apuntando al lugar del
encuentro mortal.
Ni un ruido,
el tiempo se detiene.
Se endereza y de repente
salta! en instantáneo vuelo
sobre su presa.
Estruendorosos sonidos
se revuelven, se desprende,
corre, atrapa. Cae inmovil
en las garras de acero.
Mordida fatal, terminó el
banquete.
Ahora duerme en plenitud
descansa satisfecho.
Soñando el felino, ... será que sueña?
con el próximo ratón.
Sabiduria del vivir, sin tiempo.
luz teresa maldonado folkerts