Cecilio Navarro

Amor suplicado. ¡Seguidilla arromanzada!

La sombra de la reina

surcando el cielo,

pequeños corazones

están latiendo.

 

Esperando a su madre

con una presa,

los polluelos se empujan

con boca abierta. 

 

Me niegan su perfume

de rosa y grana,

las flores de los campos

de madrugada.

 

Porque busco afanoso

aroma eterno,

y no existe fragancia

en el invierno.

 

El perro callejero

abandonado,

se acerca por las puertas

buscando amo.

 

El cariño que buscas

con insistencia,

tropieza en la cancela

de la soberbia.

 

Me dijo un sabio que

lo más indigno,

en cuestiones de amores

es ser mendigo. 

 

Cecilio Navarro  01/09/2016