La ciudad nos presta ,su amplio escenario
una historia nace y otra que murió,
sobre sus veredas espejos de vida
se ven dos amantes...y un pálido adiós
Un poeta triste y un bar en tinieblas
escribe unos versos, pensando tal vez
cuando se paseaba, del brazo de ella
A veces el derecho…se vuelve revés.
La calle en penumbra, no sabe que busca
quizá a una amiga y su hondo sentir,
el canillita amigo vocea la sexta
y la madrugada...que se va a dormir.
Noctámbulas almas, que tragó la noche
el sol al galope toma posesión
cambian los actores, la ambición avanza
y un linyera duerme...su sueño de alcohol..
Sus calles tan llenas de duendes amigos
Recrean en versos a poetas de ayer,
Bohemios que pasan dejando su impronta
Y esos veinte años...que lindo que fue.
Sus veredas viven al son de algún tango
Que algún compadrito seguro bailó,
Se ven damiselas pasear con donaire
Y caras de alegría…también de dolor.
Buenos Aires abre, su pecho de hermana
si por ella transito me regala ilusión,
es muy libre siempre e incita a quererla
mis nostalgias se arrullan...en su río marrón.
No se compromete con nada ni nadie
No sabe de pactos, se hace valer,
mi pecho palpita al son de su encanto
Ya soy parte de ella...¿me quieres creer?.
Boris Gold
(simplemente…un poeta