Mañana habré partido
en silencio, me alejaré
y como el aire de otoño
acariciaré tu rostro desprevenido.
En la mañana húmeda
me iré entre sombras
sin volverme, miraré
el horizonte nuevo.
Como un pájaro, abriré las alas
en un intento vano
por alejarme
de vos.
Pues al bajar los brazos
en el suelo se hundirán
siendo raíces profundas
para no partir.