Al final del agosto el cielo
Se cubrió de escarcha helada,
El presagio triste del hielo,
De la muda y blanca nevada...
Los crepúsculos fríos quedaban
Más nublado amanecía,
Ya los días se acortaban
Y la pálida luna crecía...
En septiembre el gélido viento
Ha llevado recuerdos pesados
Y con ánimo tácito siento
El dolor de sucesos pasados.
La penumbra de días nublosos
Y el cielo del gris empañado,
Repasado por cuervos medrosos
Son las prendas que me han quedado...
El otoño, la triste temporada,
Días grises y el cielo torvo,
Una nube flota extraviada,
Alumbrada por un rayo corvo.
El invierno, dios amodorrado
Llegará con la dura espera
Del regreso del sol desterrado,
Del comienzo de la primavera.