Alberto Escobar

Preguntas al Viento

 

 

¿Qué tiene de especial sentarse en una plaza cercada de naranjos

mirando a las estrellas, esperando que transite alguna para poder

desear?

¿Es necesario que se abra una sima entre los pies para que huyamos

de lo cierto a lo fascinante?

¿Podemos mirar de frente al que nos mira torvamente hasta que 

penetremos en lo más hondo de sus entrañas sin que nos precipitemos

al abismo de la miseria?

¿Te gustaría que el sol bajase hasta tu puerta una noche de verano

para contarte historias de la noche de los tiempos?

¿Por qué a veces nos gusta que nos seduzcan con la mirada 

a pesar de que solo nos quede el escalofrío de despedida que nos

araña hasta el desgarro el alma?

Yo... solo era por preguntar.