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Era un pollito cuando me aferré a vivir solo,
tenía ilusiones, sueños y deseos por realizar,
nunca me gusto la soledad, y la supe contemplar…!
Escribí cartas de amor y amistad, mas nunca recibí
una que me dijera o me diera el abrigo que requerí,
compartí muchas de mis letras en sentimientos no propios,
eso hizo de mí un ser más solitario.
Años después encontré razones para vivir en alegría,
no lo voy a negar, esas razones aún prevalecen
pues a mi alma, mi ser y a mi vida fortalecen,
he de luchar firmemente con amor y valentía.
Ahora me doy cuenta…! ni he roto el cascaron.
La poesía vino a mí, por una sola razón,
razón que ahora ya ni tengo, ni pretendo,
aunque por esa razón seguiré escribiendo.
Lo lamento… me ausentare por un tiempo.
¡Amigos míos! Su afecto seguiré conteniendo
muy adentro, los aprecio mucho… aquí encontré
lo que de adolecente siempre busqué.
¡Gracias a todos!
Muy pronto volveré con ese cariño,
con ese amor, que dentro siento como un niño.