LE EXIJO A MI ESPÍRITU ESTÉTICO
ME PERMITA PARIR EL MEJOR VERSO
ASÍ SEA UNO SOLO... Y HABRÉ CUMPLIDO LA MISIÓN.
Quiero adentrarme en el bosque, para hacer una inspección,
salta montes, mariposas, también luciérnagas, ranas,
asistirán a la cita, para entonar la canción:
¡y que dirijan la orquesta, muy cumplidas las iguanas!
Porque en asuntos del campo, me declaro entendedor,
también pasar por las charcas, puntualmente me veréis;
o igual que el colibrí hermoso, saltando de flor en flor:
¡y a ti serpiente he de verte, que en tu rol te arrastraréis!
Ninguna duda me cabe, que esta fue mi habitación,
después llegué aquí a la urbe, donde he estado rodeado;
según me lo han dicho todos: por la civilización:
¡de un eslabón perdido hablan, que jamás será encontrado!
He de volver a la jungla, donde tengo la certeza,
amigos míos son todos, desde el insecto al león;
sin temor a equivocarme, gobierna allí la nobleza:
¡todo cuanto es natural, lleva intrínseca razón!
Contigo nadie se mete, su entorno siempre respeta,
que aquí no vendrán a verte, ni a tomarse por la fuerza...
lo que declaraste tuyo, en forma íntegra y completa:
¡procura más bien hermano, que nadie el amor retuerza!
Nunca les pasan factura, de día el sol les alumbra,
y todo les pertenece, cuanto existe alrededor;
de noche brilla la luna, dispersando la penumbra:
¡cuando me acerco percibo, un hermoso resplandor!
También ahora me toca, hablar del amplio follaje,
que guarda incólume el cuerpo, de los hermanos y el mío;
abundan pinos y robles, armando hermoso paisaje:
¡seguro puedo sentirme, invierno sea o estío!
Jamás habrá quien me diga, que pueda haber un conjunto,
dispuesto a superar éste, en tan sublime belleza;
y fue genial arquitecto, aquí final es el punto:
¡quien sabio y siempre sublime: ¡divina puso entereza!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino